Lot Essay
Pintor aragonés fundador a finales de los años 70, junto a Javier Rubio, Gonzalo Tena, Federico Jiménez Losantos y Xavier Grau del grupo Trama, vinculados a la revista Tel Quel y al movimiento Support-Surface. A finales de los setenta su obra empieza a mostrar la influencia de Motherwell, Twombly, Pollock, Guston y Monet, desembocando en un marcado impresionismo abstracto de clara influencia norteamericana. En 1982 viaja a Italia trayendo consigo la inspiración del paisaje mediterráneo y los vestigios de la Roma imperial y barroca. En 1984 coincidiendo con su exposición en la Galería Maeght de París, conoce a Miquel Barceló, Miguel Ángel Campano y José María Sicilia, artistas a los que en la década de los 80 será vinculado gracias a la política de difusión cultural internacional del nuevo gobierno como la nueva vanguardia pictórica española.
A este periodo pertenece Culto, obra en la que ya no hay vestigios de la influencia norteamericana, pero sí de la memoria europea. El trazo firme dibuja con pincelada gruesa un marco dorado evocando a un espejo barroco, enmarcando un paisaje abstracto. La tensión rotunda entre el blanco vibrante y el fondo oscuro crea un halo de misterio e intemporalidad. La composición queda equilibrada por dos círculos seccionados, uno en rojo y otro en blanco. Toda esta paleta de colores es un homenaje inequívoco a esa tradición pictórica barroca, mezclando magistralmente el pasado y las vivencias del artista con un marcado estilo abstracto, quedando de manifiesto en esta obra la gran preocupación de Broto en recuperar la pintura.
A este periodo pertenece Culto, obra en la que ya no hay vestigios de la influencia norteamericana, pero sí de la memoria europea. El trazo firme dibuja con pincelada gruesa un marco dorado evocando a un espejo barroco, enmarcando un paisaje abstracto. La tensión rotunda entre el blanco vibrante y el fondo oscuro crea un halo de misterio e intemporalidad. La composición queda equilibrada por dos círculos seccionados, uno en rojo y otro en blanco. Toda esta paleta de colores es un homenaje inequívoco a esa tradición pictórica barroca, mezclando magistralmente el pasado y las vivencias del artista con un marcado estilo abstracto, quedando de manifiesto en esta obra la gran preocupación de Broto en recuperar la pintura.