Lot Essay
Francesc Gimeno se estableció en 1890 en Barcelona, abandonando su Tortosa natal. Éste es el periodo más fructífero de la obra de este genial e individualista artista catalán. Durante el día trabajaba como pintor muralista para sacar adelante a su familia y en sus ratos libres, pintaba sus cuadros. Lo hacía de una forma independiente y solitaria, lejos de las tendencias de su época. Pinta ba aquello que le llamaba la atención, su entorno más cercano, a su familia y amigos y, cuando le era posible, los paisajes y marinas de Torroella y L'Estartit. La representación pictórica de los miembros de su humilde familia resultaba chocante para la mentalidad burguesa de la época. Gimeno pintaba lo que veía, con un realismo austero, cercano a los pintores barrocos españoles que tan bien conocía. La paleta de colores tierras y negro, aplicada con una pincelada empastada y densa es el mejor medio para transcribir de un modo sincero su realidad, sus sentimientos, su mundo afectivo. En el cuadro Martí i Auràelia pinta a sus dos hijos mayores, vestidos para salir a la calle en invierno, con sus abrigos, gorras y bufandas. Sus dos hijos están inmersos en la tarea de abrigarse, ajenos a la mirada de su padre, el pintor nos muestra una tierna y sentida escena familiar. En el cuadro de Su prima (ver lote 57), ésta mujer morena nos observa distante desde el otro lado de la tela. Nos presenta su imagen sin artificios y de un modo contundente nos introduce como espectadores entre la mirada confiada de la retratada hacia su primo el pintor. La intimidad entre ambos personajes nos incomoda, nos transporta a un universo familiar que desconocemos, que nos perturba y conmueve.