Lot Essay
Óscar Domínguez, uno de los artistas más internacionales, singular, atractivo e interesante que ha dado nuestra vanguardia. Figura clave del movimiento surrealista, fue el primer pintor canario del que tuvo noticias la historia del arte. Se trasladó a París durante la segunda mitad de los años 20, momento de la llamada "Edad de Plata" de la vanguardia española, estableciendo contacto directo con los máximos representantes del surrealismo que lo acogieron con entusiasmo. Fértil continuador de la vocación experimentalista del movimiento, siempre preocupado por lograr procedimientos de creación plástica que no estuvieran demasiado mediatizados por la censura de lo racional y de las convenciones académicas, inventó la "decalcomanía", técnica para promover el grafismo automático y fue el creador de los más fascinantes objetos surrealistas. Tenía cara de rufián y, cuando sentía nostalgia de Canarias, metía en su poética dragos, montañas de lava, playas de arenas negras, pájaros y mariposas. Encarnación perfecta del surrealista por su impresionante aspecto físico y personalidad arrolladora, entre 1934 y 1945 desplegó una energía creadora y vital formidable que agotaron su caudal inventivo, a la sombra de Picasso y de De Chirico.
Esta importante composición es fruto de una enorme depuración en el trazo y el color de los trabajos de influencia picassiana. Mediante una nueva técnica que Domínguez llama triple-trait surgirá un nuevo estilo en su trayectoria: la etapa esquemática (1949- 1953). Esta fase es así llamada no sólo porque se dobla la línea del contorno, sino porque un margen blanco, no pintado, separa del color más próximo cada una de estas líneas. Obra perteneciente a uno de los momentos más afortunados de toda su producción, constituye el cénit de esta nueva orientación estética en la que su pintura se hace de un gran refinamiento de línea y sutilidad en el color, dominando una geometría rigurosa que choca con el carácter turbulento del artista. Composición donde domina la serenidad y el humor propio de los surrealistas, donde se realiza una posible depuración del estilo picassiano, donde ya no existe la influencia directa de Picasso, sino un esquematismo que arranca de la etapa anterior. Picasso agrandará el trazo al tiempo que lo estira, mientras que Domínguez emplea, con tanta delicadeza como volubilidad, un grafismo que en ocasiones se reduce al espesor de un cabello. En la pintura de vanguardia son muy extrañas las obras de gran formato pues estas se relacionaban más con la pintura institucional e histórica del siglo XIX y principios del XX. Los artistas de vanguardia trabajaban no por encargo sino para vender a través de galería de arte o marchante, por lo que la mayor parte de su producción es de pequeño y medio formato.
Agradecemos a Doña Ana Vázquez de Parga por confirmar la autenticidad de este lote, habiéndolo examinado al natural, y su asistencia en la elaboración de este texto.
Esta importante composición es fruto de una enorme depuración en el trazo y el color de los trabajos de influencia picassiana. Mediante una nueva técnica que Domínguez llama triple-trait surgirá un nuevo estilo en su trayectoria: la etapa esquemática (1949- 1953). Esta fase es así llamada no sólo porque se dobla la línea del contorno, sino porque un margen blanco, no pintado, separa del color más próximo cada una de estas líneas. Obra perteneciente a uno de los momentos más afortunados de toda su producción, constituye el cénit de esta nueva orientación estética en la que su pintura se hace de un gran refinamiento de línea y sutilidad en el color, dominando una geometría rigurosa que choca con el carácter turbulento del artista. Composición donde domina la serenidad y el humor propio de los surrealistas, donde se realiza una posible depuración del estilo picassiano, donde ya no existe la influencia directa de Picasso, sino un esquematismo que arranca de la etapa anterior. Picasso agrandará el trazo al tiempo que lo estira, mientras que Domínguez emplea, con tanta delicadeza como volubilidad, un grafismo que en ocasiones se reduce al espesor de un cabello. En la pintura de vanguardia son muy extrañas las obras de gran formato pues estas se relacionaban más con la pintura institucional e histórica del siglo XIX y principios del XX. Los artistas de vanguardia trabajaban no por encargo sino para vender a través de galería de arte o marchante, por lo que la mayor parte de su producción es de pequeño y medio formato.
Agradecemos a Doña Ana Vázquez de Parga por confirmar la autenticidad de este lote, habiéndolo examinado al natural, y su asistencia en la elaboración de este texto.