Julien le guerrier

Antoni Clavé, pintor de la Escuela de París, es una de las más relevantes figuras del arte contemporáneo, nace en Barcelona en 1913, iniciando su formación pictórica asistiendo en 1926 a los cursos de Bellas Artes y a los talleres de Ángel Ferrán y José Mongrell. Hasta el inicio de la Guerra Civil diversifica su actividad artística trabajando en pinturas murales, decoración ornamental, diseño publicitario y otras actividades creativas. En 1939, obligado por el conflicto de la guerra civil española, establece su residencia en Francia de forma definitiva, centrando su quehacer en el diseño de alfombras, carteles y escenografías, además de seguir con la pintura al óleo y grabados. El conocimiento de Picasso en 1944 marcó su línea artística y también su singular tratamiento de la escultura. Su pintura se inició engalanada por un ceremonial barroco de un rutilante y violento cromatismo. En todo caso, Antoni Clavé a través de su iniciativa personal logra de manera plena la fluidez de su dibujo y el sabio manejo de las diversas técnicas. Clavé, consigue un gran reconocimiento, apoyado por la crítica, por su versatilidad y especial manera de interpretar el mundo. Poco a poco, el artista se instala en una pintura de un cromatismo más recargado que, a partir de los años cincuenta, depura hasta desprenderse de lo superfluo e introducirse en los inmensos mares de la abstracción que aspira a las líneas más infinitas de la creación artística, sus esquemas se van simplificando a la vez que se endurecen, reduciendo el cromatismo en busca de un ascetismo desprovisto de lo superfluo. En los últimos años su trabajo es totalmente abstracto, siguiendo una línea de depuración, de esquemas formales. Su enorme fuerza creadora le impulsó a lanzarse continuamente a nuevas aventuras pictóricas a través del uso de los nuevos materiales característicos de este momento histórico. Su versatilidad le lleva a la indagación e investigación sobre los campos más diversos de la creación tales como: la pintura e ilustración, la escultura e incluso la escenografía. Pero es en el grabado donde ha demostrado su magisterio de la manera más indeleble: sus innovaciones son una auténtica revolución de la calcografía de nuestro tiempo.
Julian le guerrier es un obra que encaja perfectamente dentro del expresionismo abstracto. La ligereza del trazo y la utilización de materiales y pintura dan lugar a una pintura de gran jugosidad y gran empaque. Sin lugar a duda, se puede reconocer a este trabajo como una de las obras emblemáticas dentro del lenguaje artístico de este pintor. Clavé quedará para la historia como uno de los artistas más destacados del siglo XX por la expresividad y enegía que proyecta en sus obras. Además siendo un pintor reconocido internacionalmente, continuador del surrealismo, su obra está representada en salas y museos de todo el mundo.

Esta obra se acompaña de un certificado del artista y un certificado de Archives Antonio Clavé fechados en 1998.