Lot Essay
El Rapto
El cuadro representa una batalla campal entre araucanos, por un lado, y soldados y campesinos chilenos, por otro. En el primer plano de la composición aparece un jinete indígena montado en un caballo al galope, llevando una mujer blanca como botín, mientras es perseguido por un campesino con un machete en la derecha; a los pies del jinete en fuga yace otro campesino caído de espaldas.
La escena tiene un tenor altamente dramático. A la derecha se identifica otro episodio de un asalto a una mujer que intenta zafarse despavorida de las manos de su captor, en tanto un niño intenta desaparecer de ese momento de horror cubriéndose los ojos y está a punto de tropezar con la cabeza de un caballo derribado. En el segundo plano se desarrolla la batalla en la que los indios simultáneamente arrean ganado y luchan contra los soldados. Y al fondo se vislumbran otros grupos de indios a caballo, ya en fuga, dejando atrás un poblado.
El episodio tiene lugar en un valle con vegetación baja, que está delimitado al fondo por una cadena de montañas, que termina en un bosque, y a cuyo pie se yergue el poblado. En la pequeña aldea de casitas blancas se destaca la silueta de la torre de una iglesia. La línea del horizonte está parcialmente cubierta por nubes de humo, probablemente originadas por las devastaciones provocadas por el asalto de los araucanos al poblado chileno y sus cultivos.
El tema de la población araucana en general y, en particular, de los asaltos indígenas a los poblados chilenos fue objeto de interés de Rugendas desde su llegada a Chile, en julio de 1834. Es probable, incluso, que haya sido el deseo de trabar contacto con esos pueblos la principal razón que lo impulsó a viajar a este país del Cono Sur del continente. Sabemos que, debido a circunstancias políticas y por el terremoto de febrero de 1835, el artista sólo pudo emprender un viaje de Santiago a la región de la Frontera en diciembre de 1835, y realizó un periplo que lo llevó hasta la cuenca del río Bíobio. Ahí pudo ver y dibujó individuos de la nación araucana. Posteriormente, ya de retorno en Santiago, se familiarizó con los problemas de la guerra entre araucanos y chilenos, y particularmente con el drama que provocaban entre los chilenos las persistentes razzias que los araucanos emprendían contra los pueblos y caseríos chilenos en zonas limítrofes. Inspirado en relatos que corrían de boca en boca y, después, tomando el poema épico La Cautiva del argentino Esteban Echeverría, el artista viajero concibió una serie de composiciones, tanto en dibujos como en pinturas al óleo.
El cuadro que se describe aquí pertenece a la primera etapa de esta área temática del trabajo del artista, un motivo que seguirá reelaborando por más de dos décadas.
Hasta hoy, de hecho, habían sido localizadas dos versiones al óleo de esta composición inaugural de El Rapto: una – la versión 1 (cat. núm. AC-O-1, en Diener, 1998) - que se conserva en la colección de los Príncipes de Thurn und Taxis, en Ratisbona (Alemania), y otra – la versión 2 (cat. núm. AC-O-2, en Diener, 1998) - en la colección particular de Eugenio Irarrázaval, en Santiago de Chile. Esta tercera versión llega a completar este conjunto de trabajos, permitiendo elucidar mejor el propio proceso creativo del pintor. Las tres versiones remiten inequívocamente a dos dibujos, en los que el asunto aparece esbozado en hojas que pueden considerarse croquis de composición (cat. núm. AC-D-8 y AC-D-28, en Diener, 1998).
La versión de Ratisbona es de pinceladas rápidas y bastante afín con la técnica del estudio al óleo que Rugendas practicó en México. En esa composición, el rapto tiene lugar en las faldas de la montaña y la escena se concentra en el episodio central del araucano huyendo con una cautiva, sin una continuación narrativa en los planos medio y de fondo. En el cuadro de la Colección Irarrázaval, el artista ya compone un episodio más complejo, que coincide a grandes rasgos con la versión que comentamos aquí. Al examinar detalladamente las dos versiones santiaguinas, constatamos que, si bien las dos versiones son coincidentes en la narrativa del episodio, esta tercera versión, que se aborda aquí, representa la culminación compositiva, donde la construcción dramática es más convincente, la figuras poseen un movimiento bien plausible y la organización pictórica es más elaborada. ...
El conjunto de estas tres versiones de El Rapto pertenece a una secuencia en el proceso creativo de Rugendas; las tres obras tienen casi las mismas dimensiones, con mínimas diferencias de más o menos 1 cm, y en las tres encontramos aproximadamente los mismos elementos. No obstante, esta tercera versión es la construcción más depurada que necesariamente presupone la precedencia de las otras dos.
Así pues, afirmo que la versión descrita aquí del cuadro El Rapto es una delas obras culminantes de J.M. Rugendas en Chile y representa la versión más acabada de este tema, en lo que se refiere a las versiones pintadas en Chile. Posteriormente, ya en Argentina, el artista viajero retomó este tema y lo sometió a nuevos lenguajes formales.
Pablo Diener, private communication, August 2013
THIS LOT WILL ONLY BE VIEWED, BY APPOINTMENT, AT CHRISTIE'S SANTIAGO OFFICE
El cuadro representa una batalla campal entre araucanos, por un lado, y soldados y campesinos chilenos, por otro. En el primer plano de la composición aparece un jinete indígena montado en un caballo al galope, llevando una mujer blanca como botín, mientras es perseguido por un campesino con un machete en la derecha; a los pies del jinete en fuga yace otro campesino caído de espaldas.
La escena tiene un tenor altamente dramático. A la derecha se identifica otro episodio de un asalto a una mujer que intenta zafarse despavorida de las manos de su captor, en tanto un niño intenta desaparecer de ese momento de horror cubriéndose los ojos y está a punto de tropezar con la cabeza de un caballo derribado. En el segundo plano se desarrolla la batalla en la que los indios simultáneamente arrean ganado y luchan contra los soldados. Y al fondo se vislumbran otros grupos de indios a caballo, ya en fuga, dejando atrás un poblado.
El episodio tiene lugar en un valle con vegetación baja, que está delimitado al fondo por una cadena de montañas, que termina en un bosque, y a cuyo pie se yergue el poblado. En la pequeña aldea de casitas blancas se destaca la silueta de la torre de una iglesia. La línea del horizonte está parcialmente cubierta por nubes de humo, probablemente originadas por las devastaciones provocadas por el asalto de los araucanos al poblado chileno y sus cultivos.
El tema de la población araucana en general y, en particular, de los asaltos indígenas a los poblados chilenos fue objeto de interés de Rugendas desde su llegada a Chile, en julio de 1834. Es probable, incluso, que haya sido el deseo de trabar contacto con esos pueblos la principal razón que lo impulsó a viajar a este país del Cono Sur del continente. Sabemos que, debido a circunstancias políticas y por el terremoto de febrero de 1835, el artista sólo pudo emprender un viaje de Santiago a la región de la Frontera en diciembre de 1835, y realizó un periplo que lo llevó hasta la cuenca del río Bíobio. Ahí pudo ver y dibujó individuos de la nación araucana. Posteriormente, ya de retorno en Santiago, se familiarizó con los problemas de la guerra entre araucanos y chilenos, y particularmente con el drama que provocaban entre los chilenos las persistentes razzias que los araucanos emprendían contra los pueblos y caseríos chilenos en zonas limítrofes. Inspirado en relatos que corrían de boca en boca y, después, tomando el poema épico La Cautiva del argentino Esteban Echeverría, el artista viajero concibió una serie de composiciones, tanto en dibujos como en pinturas al óleo.
El cuadro que se describe aquí pertenece a la primera etapa de esta área temática del trabajo del artista, un motivo que seguirá reelaborando por más de dos décadas.
Hasta hoy, de hecho, habían sido localizadas dos versiones al óleo de esta composición inaugural de El Rapto: una – la versión 1 (cat. núm. AC-O-1, en Diener, 1998) - que se conserva en la colección de los Príncipes de Thurn und Taxis, en Ratisbona (Alemania), y otra – la versión 2 (cat. núm. AC-O-2, en Diener, 1998) - en la colección particular de Eugenio Irarrázaval, en Santiago de Chile. Esta tercera versión llega a completar este conjunto de trabajos, permitiendo elucidar mejor el propio proceso creativo del pintor. Las tres versiones remiten inequívocamente a dos dibujos, en los que el asunto aparece esbozado en hojas que pueden considerarse croquis de composición (cat. núm. AC-D-8 y AC-D-28, en Diener, 1998).
La versión de Ratisbona es de pinceladas rápidas y bastante afín con la técnica del estudio al óleo que Rugendas practicó en México. En esa composición, el rapto tiene lugar en las faldas de la montaña y la escena se concentra en el episodio central del araucano huyendo con una cautiva, sin una continuación narrativa en los planos medio y de fondo. En el cuadro de la Colección Irarrázaval, el artista ya compone un episodio más complejo, que coincide a grandes rasgos con la versión que comentamos aquí. Al examinar detalladamente las dos versiones santiaguinas, constatamos que, si bien las dos versiones son coincidentes en la narrativa del episodio, esta tercera versión, que se aborda aquí, representa la culminación compositiva, donde la construcción dramática es más convincente, la figuras poseen un movimiento bien plausible y la organización pictórica es más elaborada. ...
El conjunto de estas tres versiones de El Rapto pertenece a una secuencia en el proceso creativo de Rugendas; las tres obras tienen casi las mismas dimensiones, con mínimas diferencias de más o menos 1 cm, y en las tres encontramos aproximadamente los mismos elementos. No obstante, esta tercera versión es la construcción más depurada que necesariamente presupone la precedencia de las otras dos.
Así pues, afirmo que la versión descrita aquí del cuadro El Rapto es una delas obras culminantes de J.M. Rugendas en Chile y representa la versión más acabada de este tema, en lo que se refiere a las versiones pintadas en Chile. Posteriormente, ya en Argentina, el artista viajero retomó este tema y lo sometió a nuevos lenguajes formales.
Pablo Diener, private communication, August 2013
THIS LOT WILL ONLY BE VIEWED, BY APPOINTMENT, AT CHRISTIE'S SANTIAGO OFFICE