Lot Essay
Pablo Palazuelo llevaba casi sesenta años dedicado a la pintura cuando realizó Virtus Marin VI (1995). Amigo y, en gran medida, figura de enorme influencia entre los artistas de su generación (Eduardo Chillida, Eusebio Sempere), Palazuelo fue uno de los pocos creadores del momento con temprana proyección internacional, estando presente su obra en Europa y Estados Unidos desde la década de 1950, incluso antes de que sus exposiciones empezaran a ser habituales en España.
Pintor y escultor a partes iguales y con igual excelencia, su aproximación a la abstracción, desde la vertiente analítica a la Geométrica más estricta, con un fuerte componente esteticista, hacen de él una figura referencial en el desarrollo de las artes plásticas en España.
La sencillez y elegancia compositiva, la destreza para la disposición de los planos, la valentía prospéctica, la sutil apariencia de movimiento, la armonía cromática, todos ellos elementos definitorios de su trabajo, están presentes en esta pintura, y le hicieron merecedor, en 2004, del máximo galardón concedido a un artista vivo de ámbito hispano: el Premio Velázquez de las Artes Plásticas.
"Para mí, la geometría son las figuras, las huellas o trazas que deja el número tras de sí en el movimiento de su operación creativa directa en la naturaleza y, también, a través de las manos y de la mente del hombre. El descubrimiento progresivo de lo que se hallaba oculto representa para mí la aventura más extraordinaria. Siento una mezcla de sorpresa, de deslumbramiento y de respeto. El sentimiento de contento por lo encontrado, y la convicción de que lo encontrado es verdad". (Pablo Palazuelo en Pablo Palazuelo, Geometría y visión. Una conversación con Kevin Power, Granada, Diputación de Granada, 1995).
Pintor y escultor a partes iguales y con igual excelencia, su aproximación a la abstracción, desde la vertiente analítica a la Geométrica más estricta, con un fuerte componente esteticista, hacen de él una figura referencial en el desarrollo de las artes plásticas en España.
La sencillez y elegancia compositiva, la destreza para la disposición de los planos, la valentía prospéctica, la sutil apariencia de movimiento, la armonía cromática, todos ellos elementos definitorios de su trabajo, están presentes en esta pintura, y le hicieron merecedor, en 2004, del máximo galardón concedido a un artista vivo de ámbito hispano: el Premio Velázquez de las Artes Plásticas.
"Para mí, la geometría son las figuras, las huellas o trazas que deja el número tras de sí en el movimiento de su operación creativa directa en la naturaleza y, también, a través de las manos y de la mente del hombre. El descubrimiento progresivo de lo que se hallaba oculto representa para mí la aventura más extraordinaria. Siento una mezcla de sorpresa, de deslumbramiento y de respeto. El sentimiento de contento por lo encontrado, y la convicción de que lo encontrado es verdad". (Pablo Palazuelo en Pablo Palazuelo, Geometría y visión. Una conversación con Kevin Power, Granada, Diputación de Granada, 1995).