Lot Essay
Cuadro 32 es una de las obras más importantes de Manolo Millares a salir en el mercado. Procede de una colección privada donde ha permanecido desde su adquisición y no ha sido expuesta al público en más de 25 años. La obra tiene gran relevancia al ser una de las diez arpilleras representadas en la Bienal de Venecia en el Pabellón de España en 1958. El año anterior el joven artista había participado en la Bienal de Sao Paulo donde también expuso 10 obras. Estas obras las titula del 1 al 10 y procederá a numerarlas hasta llegar al cuadro 210 en el año 1962. Ambas bienales fueron un avance para el joven canario al entrar en contacto con el mundo del arte internacional. Uno de los 10 cuadros expuestos en la Bienal de Sao Paulo fue comprado por el MOMA poniendo al artista en el templo del arte moderno junto a los grandes maestros del siglo XX.
Fue en el año 59 que Millares decide exponer con la prestigiosa galería Pierre Matisse de Nueva York y donde comienza una larga colaboración y amistad entre artista y galerista. El cuadro 32 procede de dicha galería.
Millares empieza a transformar su pictórica en arpilleras a mediados de los años 50, siendo cuadro 32 uno de sus ejemplos más tempranos. El artista trabajaba las arpilleras creando un poder constructivo y expresivo denominado positivo o negativo. En cuadro 32 se aprecia un trabajo de la arpillera en positivo, es decir en el centro de la arpillera emerge la parte blanca en relieve con grandes costuras y sinuosos movimientos de la tela. En otros ejemplos consigue el efecto negativo a través de grandes agujeros con costuras e hilos. Esta forma de trabajar el soporte le convierte en uno de los artistas más interesantes e innovadores del momento.
Fue en el año 59 que Millares decide exponer con la prestigiosa galería Pierre Matisse de Nueva York y donde comienza una larga colaboración y amistad entre artista y galerista. El cuadro 32 procede de dicha galería.
Millares empieza a transformar su pictórica en arpilleras a mediados de los años 50, siendo cuadro 32 uno de sus ejemplos más tempranos. El artista trabajaba las arpilleras creando un poder constructivo y expresivo denominado positivo o negativo. En cuadro 32 se aprecia un trabajo de la arpillera en positivo, es decir en el centro de la arpillera emerge la parte blanca en relieve con grandes costuras y sinuosos movimientos de la tela. En otros ejemplos consigue el efecto negativo a través de grandes agujeros con costuras e hilos. Esta forma de trabajar el soporte le convierte en uno de los artistas más interesantes e innovadores del momento.