Una plaza de Toledo

Darío de Regoyos llegó a Bruselas en 1879 para estudiar en la Academia de Bellas Artes. En 1882 hace el segundo viaje a España desde su llegada a Bélgica. Sabemos que el 4 de mayo se hallaba en Toledo, ciudad en la que realizaría una serie de dibujos con intención de exponerlos en Bélgica en la primera exposición Noir et Blanc del Círculo L'Essor (El Vuelo) destinado a promocionar a los artistas jóvenes más sobresalientes de la Academia de Bellas Artes de Bruselas. Como testimonio de dicho viaje queda una carta dirigida al pintor Théo van Rysselberghe donde alaba con entusiasmo la vida y el ambiente de esta ciudad y le envía unos dibujos donde pudiese ver la curiosa arquitectura y las estrechas calles de Toledo. En esta primera exposición de dibujos incluyó cuatro dibujos de gran tamaño a pluma, de vistas de la ciudad de Toledo. Entre ellos se encontraba Una plaza en Toledo que serviría como apunte para pintar un óleo de mayores dimensiones que se expondría en el Salón de Bellas Artes, de aquel mismo año en la ciudad de Amberes, que aparece en el catálogo con el número 393, Terrasse á Tolède.