ANTONIO LÓPEZ GARCÍA (TOMELLOSO, 1936)
El Iva no gravará el precio de adquisición. Sin pe… Read more "Pinto lo que está ahí" (1). Estas sencillas palabras podrían considerarse la declaración de principios que resumiría el conjunto de la obra realizada por Antonio López, y las pinturas Los melocotones y las rosas (1956; ver lote 40) y La salmantina (1960; ver lote 41) y el dibujo Estudio de dos espaldas (1964; ver lote 39) serían algunos ejemplos de la traslación de esas palabras a imágenes. Pero el trabajo de López es, en el fondo, más complejo: no es un artista realista sino, como a él mismo le gusta definirse, un creador objetivo. La objetividad, la capacidad de observación es lo que "alimenta" sus obras -figuras, naturalezas muertas o paisajes-, una observación que implica compromiso, la intervención de la emoción y la reflexión personales: "Al pintar, siempre [altero] el mundo real. Esa ecuanimidad que tiene el mundo real, ese alejamiento de todas nuestras intenciones, en [mis] cuadros no se puede dar". Las tres obras que se presentan ahora son prueba de la maestría del pintor de Tomelloso (Ciudad Real); los hábiles y, sin embargo, aún "académicos" (a la manera de Antonio López, eso sí) retratos y bodegones, y también los desnudos, mas "sueltos", más libres. Y siempre abordando asuntos que le son cercanos, que forman parte de la intimidad del día a día. Su extraordinaria técnica, heredada del tan admirado Quattrocento italiano, es fruto además del cuidadoso análisis de las formas sólidas, precisas y enfáticas aprendidas de la pintura de Paul Cézanne y, más tarde, del Cubismo, así como del meticuloso trabajo, casi de aplicado aprendiz, para lograr el virtuosismo de Salvador Dalí en la representación de la realidad a través del dibujo. El paisaje, el retrato y la naturaleza muerta son los grandes temas de su trabajo. La salmantina resume a la perfección el espíritu que impregna la obra de López al abordar la representación fisionómica y psicológica del ser humano; su capacidad de empatía a la hora de pintar a los emigrantes rurales en la España de los años cincuenta, mostrando su sensación de pérdida y desarraigo. Su minuciosidad también queda patente en el detalle con que describe las texturas de los frutos, los cuencos, las alas del pajarillo en plena agitación, de Los melocotones y las rosas, presentada en su primera exposición importante en Madrid, "Antonio López García y su tiempo", celebrada en el Ateneo en 1957. Ambas pinturas muestran su destreza para llamar la atención, con una sobriedad a veces inquietante, sobre los aspectos más simples de la cotidianidad. La obsesión de Antonio López por la representación más fidedigna posible de lo que ocurre a su alrededor no solo se aprecia en las formas, los colores, las perspectivas, sino también en las superficies, sus suavidades y asperezas. "El punto de partida de un cuadro es siempre una imagen que te ha calado, que es muy atractiva para ti. Ahí esta todo. No puedo señalar a qué le doy más importancia: si a la forma, al color, a la composición o al significado". Su pundonor en el trabajo le lleva a volver sobre los mismos temas, las mismas obras, una y otra vez, durante años, incluso décadas, meditando y buscando la esencia de lo representado, como recogió Víctor Erice en la película dedicada al artista El sol del membrillo (1992), un magnífico documental lleno de admiración artística y respecto personal. "El dibujo me atrae mucho, es algo que sabes que eres capaz de hacer. Pero no basta con ser capaz de hacerlo, tienes que desearlo, no depende de la voluntad". El papel Estudio de dos espaldas, elaborado como parte del proceso de realizacisn de la serie de esculturas y pinturas Hombre y mujer, fechadas a lo largo de casi treinta años, es ejemplo de la pericia dibujística de López señalada antes, en este caso concentrada en la representación del aspecto material y físico del desnudo humano, cuya naturalidad resulta abrumadora y emocionante a la vez. La obra de Antonio López está llena de misterio, intemporalidad, poesía. Su excelencia técnica y la honestidad que emana de sus imágenes le han convertido en uno de los artistas españoles más importantes de la segunda mitad del siglo XX, como han reconocido galardones de la talla de la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes (1983), el Premio Príncipe de Asturias (1985) y el Premio Velázquez de Artes Plásticas (2006), y exposiciones en algunas de las instituciones más prestigiosas del mundo (Europalia, 1985; Bienal de Venecia, 1995; Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, 1993; Museum of Fine Arts de Boston, 2008). Además, el pasado mes de junio, en la subasta de Arte de Posguerra y Contemporáneo de Londres, se convirtió en el artista español vivo mejor cotizado, al venderse su obra Madrid desde Torres Blancas (1976-1982) por 1.742.644 euros. (1) Catálogo de la exposición Luz de la mirada, Segovia, Museo de Arte Contemporáneo Esteban Vicente, 7 octubre 2002-12 enero 2003, extractos de la entrevista realizada al artista por José María Parreño, pág. 52-57.
ANTONIO LÓPEZ GARCÍA (TOMELLOSO, 1936)

ESTUDIO DE DOS ESPALDAS

Details
ANTONIO LÓPEZ GARCÍA (TOMELLOSO, 1936)
ESTUDIO DE DOS ESPALDAS
firmado y fechado áng. centro, inf: Antonio López García 1964
lápiz sobre cartón
39 x 55 cm
Pintado en 1964.
Provenance
Galería Juana Mordó, Madrid.
Galerie Claude Bernard, París.
Colección privada, Nueva York.
Michael Soskine Gallery, Nueva York.
Colección privada, Madrid.
Literature
Miguel Fernández-Braso, La realidad en Antonio López García, ed. Rayuela, Madrid, 1978, il. pág. 62.
Exhibited
Frankfurt, Frankfurter Kunstkabinett, Magischer Realismus in Spanien heute, 1970, il. núm. 10.
París, Galerie Claude Bernard, Antonio López García, diciembre 1971, il. pág. 17.
Hamburg, Galerie Brockstedt, Spanish Realisten, 1980, il. pág. 52.
Nueva York, Claude Bernard Gallery, Seven Spanish Realists, mayo - junio 1986, il. pág. 17.
Special notice
El Iva no gravará el precio de adquisición. Sin perjuicio de lo anterior, tanto el beneficio obtenido con la venta como la prima del comprador llevarán Iva al 16%. Ambos conceptos se facturarán Iva incluido.

More from Spanish Art at the Westin Palace Hotel

View All
View All